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Prólogo de Réquiem de los Cielos - Obertura

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Baja la aplicación Kindle y lee una muestra gratis del libro completo Él vendrá de nuevo. Todos hablan de ello como el hecho que marcará el fin de esta guerra y la victoria definitiva del Padre sobre todos los que osamos oponernos a sus designios. Porque así está escrito en las enseñanzas que dejó a sus amados mortales, cuando el Unigénito adquirió por primera vez forma humana para caminar por este polvoriento mundo como una más de sus criaturas. Una promesa sagrada en la que sus sirvientes han depositado una fe ciega e inflexible, pero que nosotros, los caídos, sólo vemos como una nueva provocación, como un intento más de pisotear nuestras cabezas para hundirnos en la infame desgracia, para enrostrarnos lo insignificantes que somos ante Él. Y es que ¿cómo luchar contra el Ser que lo creó todo? ¿Cómo enfrentarse a un ente compuesto por tres personas, cada una tan poderosa como la otra, todas unidas en una sola mente, una sola esencia? Lucifer nos señaló el rumbo y la propia humanidad s

Conozcan el primer capítulo de Preludio, la historia que da inicio a Obertura y toda la saga de Réquiem de los Cielos

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Cuando la Creación ya estuvo lista y los caminos que enlazaban el mundo espiritual con el material se encontraron bien definidos, llegó el momento para que los ángeles, los primeros seres nacidos de la Infinita Gracia del Padre, recibieran sus distintas funciones y sus jerarquías dentro de los Coros Celestiales. De este modo, el Paráclito, la Fuerza Creadora de Dios, ordenó a setenta y dos de ellos como las principales y mayores autoridades en el Paraíso y fuera de él, todos comandados por Lucifer, el más hermoso y majestuoso de los ángeles, a quien además se le entregó la Luz para portarla siempre en el Nombre del Padre. Mientras tanto, en el mundo material fueron hechos los mortales, hombre y mujer, nombrados por el Espíritu Creador como Adán y Lilith, nacidos de la tierra y moldeados a la imagen de los seres celestiales, siendo puestos bajo la protección y guía de estos últimos, quienes debían enseñarles a amar a Dios y vivir bajo sus designios. Uno de los ángeles encargados de esta