Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta lector

Mi Banda Sonora

Imagen
El otro día participé de una simpática dinámica en uno de los muchos grupos de Facebook de los que soy miembro, el que se llama Panorama Indie – Cultura Independiente, donde uno de los integrantes publicó el #DíadelespectadorINDIE, un juego que se trataba de imaginar y comentar la banda sonora para un libro independiente o autopublicado, compartiendo la portada y explicando la razón que llevaba a escoger la pieza musical perfecta para la novela. En mi día a día, la música juega un papel fundamental para regular o estimular mi estado de ánimo. Sin contar con que en todo momento mi mente se encuentra tarareando alguna canción, desde el Pollito Pío hasta el tema de Misión Imposible, descubrí que soy mucho más productivo en determinadas actividades si estoy escuchando música. Claro que no soy amigo de aplicaciones como Spotify y prefiero almacenar las canciones que más me gustan en mi celular, donde ya tengo un playlist que supera las seiscientas. Siento que me quedé a medias entre los tie

¿Mi método de trabajo?

Imagen
¿Cómo le haces para escribir un libro? Esta es una pregunta recurrente entre los familiares y conocidos que escuchan con asombro cuando les cuento que soy escritor. Mi respuesta siempre es clara y sencilla: me siento frente al computador, abro un Word en blanco y escribo. Así de fácil. Es que hasta ahora, no he podido ceñirme a un plan de escritura como muchos colegas lo hacen. Cuando empiezo a trabajar en una nueva novela, a lo más tengo una vaga idea del argumento, pero ni siquiera conozco a los personajes y mucho menos lo que les espera. Al momento de empezar a escribir es cuando las cosas toman forma. Todo surge de manera espontánea y se va desarrollando a medida que avanzo en las páginas. No uso fichas de personajes, no hago líneas de tiempo, con suerte tomo notas por aquí y por allá y las guardo hasta el momento perfecto para usarlas. Claro que este método no es el más idóneo, pero a mí me significa una forma natural de ir poniendo las ideas en orden y “conociendo” a los personaj

¿Experiencia? No la suficiente

Imagen
Ya les conté quién soy como escritor y quién soy como lector. Ahora me gustaría contarles algunas experiencias que he tenido desde que me embarqué en este viaje de letras. La primera y tal vez más decepcionante, es ver que la literatura, al igual que la gran mayoría de las cosas en este mundo globalizado, es un negocio bastante rentable si se cumple una pequeña condición: tener el apoyo de una editorial de renombre. Para los mortales que, como yo, apenas somos un nombre en la larga y compleja lista de escritores esperando su momento de fama, es más que nada una inversión que muy rara vez se ve recompensada monetareamente. Claro que todos imaginamos en más de alguna  ocasión alcanzar el éxito con nuestras novelas, pero, al menos en mi caso, he debido redefinir lo que éxito significa. Si miramos a los grandes escritores a nivel mundial, éxito es conseguir miles de ventas. Sin embargo, para un escritor amateur, el éxito se mide por las cantidades de comentarios positivos y reseñas halagad

¿Qué tipo de lector soy?

Imagen
Ya les conté sobre el tipo de escritor que soy. Ahora, qué tipo de lector soy es otro cuento. Creo que, al igual que muchos, detesté gran parte de los libros que me obligaron a leer en el colegio. Más por la estricta supervisión de mi madre que por el gusto a la lectura, terminé todos y cada uno de ellos. Desde Papelucho hasta Pedro Páramo, pasando por El Lazarillo de Tormes, La Vida es Sueño, Niebla y tantos otros clásicos que detesté con mi alma. No puedo negar que hubo obras que me fascinaron, como El Mío Cid, El Viejo que Leía Novelas de Amor, En familia y Mac, el Microbio Desconocido. Desde entonces comprendí que el problema no era que no me gustara leer. Se trataba de que no encontraba un género que en verdad me cautivara. Hasta que convencí a mi madre de que me comprara un libro de bolsillo que venía junto al diario del domingo. Ni siquiera sabía de qué se trataba, pero aquella portada en la que las fauces de una fiera emergían desde la oscuridad y el soberbio nombre de su autor