Tras las Sombras - Capítulo II
Saltó de la cama a eso de las ocho de la mañana. Las largas jornadas de los últimos días y la resaca por la borrachera finalmente le habían pasado la cuenta. Olvidó por completo colocar la alarma del despertador y tenía más de veinte llamadas perdidas en el celular, todas de gente de la brigada, quienes de seguro estaban preocupados por su ausencia en la oficina. A duras penas, entre el mareo y el dolor de cabeza, salió corriendo al baño, se duchó con agua fría, se afeitó lo mejor que pudo, llamó a un colega para decirle que se había quedado dormido, que lo cubriera mientras llegaba, y se vistió tan rápido como solía hacerlo en sus años en la Escuela de Investigaciones. Cruzó a paso veloz por la cocina y salió hacia el estacionamiento. Se subió a su automóvil y le dio contacto, pero el vehículo no encendió. —¿Qué mierda te pasa? —gruñó con enfado, a la vez que giraba una y otra vez la llave. De seguro se trataba del alternador, ya había tenido problemas con él el año pasado y, por simp