El Sueño de Agustín

 Dejo con ustedes el segundo cuento del Taller de Escritura, una historia escrita por Mateo Espina sobre un niño, un sueño y el futbol. Con ustedes, El Sueño de Agustín:




Había una vez un niño llamado Agustín. Tenía 11 años y vivía con su mamá y sus abuelos. Era hijo único, así que era muy regalón y su mamá lo acompañaba a todos lados.

A Agustín le gustaba mucho el fútbol y le pidió a su mamá que lo inscribiera en una escuela , pero nadie sabía dónde. Él le dijo que el profesor de educación física del colegio tenía una escuela de fútbol y la única condición que le puso su mamá para inscribirlo fue que siguiera siendo un buen alumno y no bajara sus notas. Agustín se comprometió con ella y así llegó a la escuela Real Atlético, donde se divirtió mucho y conoció a mucha gente nueva.

Pero un día apareció un virus desconocido, para el que no había cura, lo que asustaba a todos. La gente empezó a morir por la enfermedad y la única forma de evitar contagiarse era permanecer encerrados en sus casas, sin salir por más de un año.

Agustín no pudo ir a la escuela de fútbol, pero siguió entrenando todos los días.

Cuando llegó el momento de volver a los entrenamientos, Agustín estaba muy feliz y regresó muy entusiasmado, siempre acompañado por su madre, que era su fan número uno.

Un día llegaron los entrenadores y, después de verlo jugar, le propusieron ir a la escuela de fútbol de Colo-Colo. Así llegó al club de sus amores, aunque debió seguir cuidándose del virus.

Pasaron algunos años y Agustín entró a la universidad gracias a sus altas calificaciones. Sus esfuerzos habían valido la pena y empezó a estudiar y a jugar muy bien, comenzando a brillar en su equipo.

De pronto, llegaron unos señores a un partido de Colo-Colo con Universidad de Chile, el mejor partido de Agustín, donde él se lució e hizo que ganaran por goleada, como si supiera que lo estaban mirando. Después del partido, los señores se acercaron a hablar con él. Eran del equipo de sus sueños, el Real Madrid, y le ofrecieron más dinero del que jamás había soñado, a cambio de que aceptara jugar en Europa.

Así, Agustín y su madre se fueron a España. Conocieron gente nueva, pero él extrañaba mucho a sus antiguos compañeros, aunque, con el paso de los años, se acostumbró a su nueva vida y se convirtió en el mejor jugador del Real Madrid, llegando a ganar un Balón de Oro.

Luego de un tiempo, se fue a la Juventus y allá, en Italia, salió de la universidad con un buen promedio, por lo que se alegró mucho. Pero extrañaba a su familia y planeó un viaje a Chile con su mamá. Sorprendió a todos y esto fue lo mejor que le podía haber pasado. Pasó con ellos el cumpleaños de su mamá y pudo regalarle un caballo blanco, lo que la puso feliz.

Él también recibió una sorpresa: fue llamado a la selección chilena.

Su hinchada empezó a llamarlo “El Bicho” y con el dinero que había ganado compró una mansión y unos autos lujosos. Ahora tenía la vida que siempre había querido. Pero ya no pasaba mucho tiempo con su familia, porque tenía que viajar a muchas partes.

No todo fue alegrías. Su abuelo murió un día y Agustín y su familia se llenaron de tristeza. Él tuvo que dar un discurso:

—Mi abuelo era el mejor. Me apoyaba en todo. Él me incentivó a jugar fútbol y siempre me alentaba, contaba historias y nos alegraba con sus chistes.

Muy triste, Agustín se quedó unos días con su familia y les regaló un perrito muy tierno. Pero después de un tiempo tuvo que irse. En el avión conoció al amor de su vida, Antonia, y la invitó de inmediato a cenar. Pasaron algunos días y se volvieron novios oficialmente. Iban a todos lados juntos y ella le presentó a sus padres, a quienes Agustín les encantó. Cenaron todos juntos y él les explicó su vida.

Semanas después, los llevó a conocer a su familia y todos se llevaron muy bien.

Pasaron algunos meses y Agustín siguió consiguiendo triunfos. Ganó otro Balón de Oro y estaba muy feliz. En España conoció a su mejor amigo, Guillermo, con quien se divertía mucho. Juntos, planearon un viaje a Roma y descubrieron muchos secretos en ese lugar fantástico.

Volvió a jugar por la selección y le tocó enfrentar a Argentina. Dieron todo su potencial y lograron ganar el partido. Ahí conoció a Messi y se hicieron amigos.

Pasó el tiempo y le tocó jugar en la Copa Mundial, donde conoció a Cristiano Ronaldo. Fueron juntos a un restaurante y lo pasaron muy bien.

Luego, Agustín se fue al equipo Manchester United y ahí ganó otro Balón de Oro. Pasaron los años y tuvo dos hijos. Se convirtió en el mejor papá y se sentía muy orgulloso. En ese momento era muy feliz. Con el United ganó un Balón de Oro más, el cuarto ya. Su madre también estaba muy orgullosa de él.

Agustín estaba muy contento por todo lo que había conseguido. Se convirtió en el mejor jugador del mundo, lo que fue un triunfo muy grande para él y su esposa, y también para su mejor amigo. En la siguiente Copa del Mundo, “El Bicho” se esforzó en demostrar que era el mejor y, gracias a él, Chile ganó el Mundial por primera vez.

Agustín tenía una vida de sueño.

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