Parte 11 de El Último Vuelo del Pegasus
Lee la décima parte aquí El Pegasus se sacudía cada vez con más fuerza y Angle ya no pudo permanecer en su lugar. El extraño ruido sordo que provenía desde el exterior debía estar ligado a los cada vez más numerosos fragmentos de metal y destellos luminosos que veía por las ventanas, ascendiendo desde la base de la nave. Ya no tenía dudas: algo muy malo estaba pasando allá abajo. Se colgó el fusil al hombro y partió hacia el elevador interno a toda carrera. Presionó el botón que lo llevaría directo hacia el área de mantenimiento y esperó con impaciencia que recorriera los casi exactos 16 metros que distaban desde la cabina hacia el sector en el que se desarrollaban todas las operaciones automatizadas que permitían que el Pegasus funcionara de manera óptima, sin siquiera imaginarse lo que iba a encontrar. Cuando el elevador se detuvo y la puerta automática se abrió, se quedó perplejo ante el infierno desatado delante de sus ojos. Las criaturas se movieron con rapidez de un lad