Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta cuento

Florecer

Imagen
  Javier era distinto a los jóvenes de su edad. Introvertido, le costaba mucho trabajo entablar amistad con sus compañeros de la escuela. Prefería la silenciosa compañía de los árboles o las plantas del jardín antes que socializar con otros muchachos. Es que él era especial. Sus padres lo descubrieron cuando apenas tenía cinco años. Siempre estaba enfermo, por lo que pasaba en constante vigilancia, incluso mientras dormía. Pero una noche, cuando fueron a verlo a su cama, el pequeño Javier no estaba. Lo buscaron con desesperación por cada una de las habitaciones de la casa y no lo encontraron hasta que se les ocurrió salir al patio. Entonces lo vieron. Les costó trabajo asimilar aquella imagen y debieron acercarse para descubrir que era real. La madre fue la que se arrodilló en el césped, mientras el padre se quedaba atrás, mirando todo con escepticismo primero y un punzante rechazo después. Javier estaba envuelto por largas hojas de pasto que se enrollaron en él, a la vez que distintas

Chofi

Imagen
  Fue una noche de otoño de 2009. Mi esposa y yo vivíamos en un departamento en Rodrigo de Araya y esperábamos a nuestra primera hija. Recuerdo que solo unos días antes tuvimos la primera ecografía y la ilusión, la ansiedad, los nervios, además de unos impensados antojos de tomar Coca-Cola y comer chocolate, se apoderaron de mis días, sin contar las desagradables náuseas que me invadieron a mí en lugar de a mi esposa. En fin, esa noche, como todas las noches, me acosté pensando en el bebé que venía en camino. Ya teníamos definidos los posibles nombres: Felipe Esteban, si era niño, o Sofía Catalina, si era niña. Y por esas cosas mágicas que estoy seguro de que existen, aunque no siempre las vemos, me quedé dormido y en mis sueños aparecí en una playa que no conocía, mirando al mar, hasta que una jovencita crespa, alta y delgada, de unos doce o trece años de edad, se me acercó. La reconocí de inmediato: era Sofía, mi hija que recién venía en camino. Ella me miró, sonrió y me dijo que sí,

La Golondrina y la Semilla del Calafate

Imagen
Cuando llegó la primavera al sur de Chile, los calafates comenzaron a llenarse de flores doradas y el viento trajo de vuelta a los gorriones y las golondrinas, quienes regresaron del norte con sus alegres cánticos y fantásticas acrobacias aéreas. Una de estas golondrinas se hizo amiga de un frondoso arbusto de calafate lleno de flores que soportaban con firmeza los fuertes vientos magallánicos. Como los días en esa época del año se hacían más largos, pasaban horas y horas charlando sobre lo que la golondrina había visto en las tierras que visitó durante el invierno, hasta que el calafate le permitió posarse en sus ramas sin que las afiladas espinas le hicieran daño. De esta manera, la amistad entre ambos se hizo cada vez más fuerte y, cuando llegó el momento de que asomaran los primeros frutos de la temporada, el arbusto permitió a su amiga alada que comiera de ellos con el compromiso de que le ayudara a esparcir sus semillas por toda la pampa. La golondrina aceptó y comió en abundanci

Tras las Sombras - Capítulo VI

Imagen
Lo primero que hizo al cruzar la puerta fue buscar el interruptor para encender la luz. Lo encontró en la pared de su izquierda e hizo un gesto de desagrado al poner sus manos en él y sentir que estaba cubierto de algo pegajoso. Pero lo importante era iluminar el lugar, aunque no supo si eso mejoró en algo el lóbrego ambiente dentro del departamento. La oscuridad se fue para dar paso a un panorama bastante desolador. Lejos de todo lo que podía esperar, aquel lugar estaba convertido en una pocilga llena de basura, rayados, recortes de revistas para adultos en las paredes y un fétido olor que lo abarcaba todo. Bascuñán se tapó la nariz con la mano libre y empezó a avanzar con la pistola lista para disparar si fuera necesario. Caminaba con cuidado, casi de puntillas entre la inmundicia que tenía a sus pies, con los sentidos despiertos al máximo ante una desagradable sensación de estar al borde de un peligro inminente. Revisó con la vista los muebles desordenados y polvorientos sin encontr

Tras las Sombras - Capítulo V

Imagen
El resto del día se transformó en un difuso caminar por calles que a duras penas reconocía y entre gente a la que ni siquiera le había visto los rostros. Solo tenía un vago recuerdo de haber salido del condominio y pasar frente al conserje sin ser capaz de darle una respuesta a sus incesantes preguntas. Era como si flotara en un mundo por completo ajeno al que vivía hasta el lejano ayer. Lo único que lo devolvió a la realidad, fueron las luces azules de las balizas que estaban en las afueras de su casa. Cuando bajó del Metro en San José de la Estrella, caminó como un sonámbulo hacia su hogar, apenas consciente de las brillantes luces poco usuales que divisaba a lo lejos. No fue hasta que cruzó la calle en la que se había establecido un restaurant de sushi un par de meses atrás, que logró reaccionar y darse cuenta de que dos camionetas de la PDI estaban estacionadas afuera del portón de su casa. —Riquelme —dedujo. Eso confirmaba que habían detectado sus huellas en las pertenencias de la

Tras las Sombras - Capítulo IV

Imagen
  Por esta vez, Bascuñán dejó de lado su poco gusto por usar la locomoción pública sin pagar e hizo parar el primer taxi que apareció, se identificó como funcionario de Investigaciones y le indicó la dirección que había encontrado en internet. —Necesito que llegue lo antes posible, ¿entendido? El taxista, no muy contento, asintió a regañadientes y se puso en marcha de acuerdo a las instrucciones del detective. En un santiamén llegaron al centro de Santiago y se internaron en sus populosas calles hasta dar con la dirección indicada. Bascuñán bajó apenas el auto se detuvo y lanzó un desabrido “gracias” sin siquiera preocuparse por si fue escuchado. A paso vivo entró por la puerta principal del edificio y se fue directo al mesón en el que un añoso conserje saludaba y atendía a todo aquel que se le acercaba. —Buenos días —levantó su placa al llegar frente al hombrecillo—, soy el detective Bascuñán y necesito hacerle unas preguntas. El conserje se ajustó los lentes, revisó con detenimiento

Tras las Sombras - Capítulo III

Imagen
  Antes de que los equipos de emergencia llegaran al lugar del incidente, Bascuñán ya había tomado nota en su celular de todos los aspectos que consideraba relevantes para la eventual investigación del caso. Desde la extraña actitud de la mujer, su forma de moverse, la fluctuación de emociones reflejadas en su rostro, su inusual vestimenta y, sobre todo, lo que encontró en ella. El abrigo de gabardina había quedado tirado en medio del andén, a casi exactos cinco pasos de la línea que marcaba la zona de seguridad tras la que los pasajeros debían esperar la llegada del tren. El inspector sabía que no debía tocar nada para no alterar la evidencia, pero presentía que había algo demasiado extraño en este caso y que era probable que alguna pista pudiera obtener de ese horrible abrigo. Una pista que lo llamaba casi por su nombre para invitarlo a encontrarla. Así que, contra todo procedimiento, se aproximó a paso decidido a la arrugada prenda que descansaba en el suelo y se detuvo ante ella. S